Un balance perfecto entre lo nuevo y lo clásico: el crocco, típico del invierno, está reversionado en colores shocking y
atrevidas alianzas con charol, o el negro absoluto llevado al color ónix, con herrajes en sintonía.
La morfología es una síntesis entre confort y placer: en líneas netas, con acento en el diseño.
¿Querés levantar un equipo? Ponele color.
¿O preferís un toque sólo para entendidos? Fijate.