Se sabe que la piel nunca duerme; es que, como todo el
cuerpo, tiene un ritmo circadiano: se autorestaura durante la noche y se
autoprotege durante el día. Los sueros (serum) “empujan” para que esto procesos
naturales sean más eficaces.
“Se aplican antes del tratamiento habitual de día y de
noche, después de limpiar y tonificar. Por su textura nano emulsión tienen un
peso 300 veces menor que una crema y por eso pueden penetrar profundamente con
activos específicos para problemas puntuales. Cuando aplicamos un serum estamos
ayudando a nuestro tratamiento diario y aceleramos el proceso de recuperación.
No reemplaza la crema de tratamiento; el serum no opera solo”. (Sergio Medini.
Entrenador y maquillador para Sisley París Latinoamérica).