Es primavera;
todos queremos disfrutarla sin ojos llorosos, goteo de nariz, estornudos,
rinitis, brotes cutáneos ni urticarias. Pedimos disculpas, nos sonamos y
declaramos la evidencia: “Tengo alergia”.
Una alergia
es una reacción inmunitaria a ciertas sustancias que generalmente suelen ser inofensivas.
Pero el sistema inmunológico produce anticuerpos para ese alérgeno, con la
intención de proteger al cuerpo. Estos anticuerpos hacen que algunas células
liberen mediadores químicos en la sangre y uno de ellos es la histamina. De ahí
que se suelen consumir (en claro abuso lamentablemente) medicamentos
denominados antihistamínicos, que inhiben la acción de esta hormona. La
histamina actúa sobre los ojos, la nariz, la garganta, los pulmones, la piel o
el sistema gastrointestinal, y causa los síntomas típicos de una reacción
alérgica. Futuras exposiciones al mismo alérgeno provocarán de nuevo la
respuesta de los anticuerpos. Esto significa que cada vez que se esté en
contacto con el alérgeno, se tendrá una reacción alérgica.
Las reacciones alérgicas pueden ser leves,
como el goteo nasal, o graves, como la dificultad para respirar. Los ataques de
asma, por ejemplo, son frecuentemente reacciones alérgicas a algo que inhala
una persona susceptible. No obstante, el cuerpo es sabio. El sistema
inmunológico reconoce y elimina las sustancias nocivas del cuerpo. Las
reacciones alérgicas (los síntomas) como los estornudos, la inflamación, la
tos, asma, etc. son los métodos que utiliza el sistema inmunológico para
expulsar las sustancias peligrosas.
Para la quiropraxia, la causa de cualquier
enfermedad o malestar está ADENTRO del cuerpo, que viene de un desequilibrio
interno, de una disfunción de algún órgano o sistema que hace que el cuerpo no
se adapte bien a los factores externos. En tal sentido, la forma de curarse
debe ir de ADENTRO hacia AFUERA.
Al restablecer el equilibrio interno, el
cuerpo vuelve a tener 100% de sus poderes de adaptación y puede curarse a sí
mismo.
Según el pensamiento quiropráctico, se tiene
que actuar sobre el sistema nervioso, el sistema que controla y coordina todas
las funciones del cuerpo. Una interferencia a nivel del sistema nervioso,
provocada por una subluxación (cuando una o más vertebras pierden su
alineación) afecta al sistema inmunológico, lo que resultará en una pérdida de
las capacidades del cuerpo para luchar contra los alérgenos. Los ajustes
quiroprácticos eliminan las subluxaciones, restableciendo así el equilibrio
interno y la capacidad de auto curación. Es tan sencillo como evidente: la
mejora sucede desde DE ADENTRO HACIA AFUERA.
“El cuerpo humano es una máquina perfecta”, señala
el Dr. Diego Mellino, Director de La Clínica de la Columna y de la Fundación
Quiropraxia para Todos. “El órgano más importante del cuerpo es el
cerebro, es como un director de orquesta
que dirige al resto de los otros órganos. La red de transferencia entre el cerebro
y los órganos es el Sistema Nervioso que se encuentra protegido por la columna
vertebral. Cuando una vértebra se desalinea (subluxación vertebral) se produce
una compresión en el Sistema Nervioso y la información que llega al cerebro es
errónea produciendo enfermedades y síntomas, como las alergias”, explicó
Mellino.
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