Hola! ¿Qué tal?
Hoy les cuento de los amores contrariados de una pintora y un fotógrafo que están documentados en 25.000 cartas:
En 1915 Georgia O'Keefe tenía 28 años y daba clases de dibujo: conoció a Alfred Stieglitz, de 52: un fotógrafo que además era dueño de la galería 291 de Nueva York, que en ese momento les abría la puerta de los Estados Unidos a los pintores vanguardistas europeos desde Henry Matisse hasta Marcel Duchamp. Cuentan que la fascinación fue mutua. Stieglitz, con ojo entrenado, reconoció el valor genuino de una serie de diez dibujos al carbón de O’Keeffe, y la sorprendió exhibiéndolos en su galería sin autorización.
Así Georgia O’Keeffe, inició su camino a convertirse en la figura del modernismo norteamericano: es la que firma esos cuadros de flores que decoran el consultorio de tu médico o de tu odontólogo, pero no te imaginás la historia de amor que circuló en el medio.
Georgia de 28 y Alfred de 54 primero fueron amantes y después esposos; pero ahí empezaron los problemas. Ella quería tener hijos, él no. Ella se cansó de pasar los veranos en casa de la familia de él. “Era un hipocondríaco y no podía estar a más de 50 kilómetros de su doctor”, diría O’Keeffe de su marido, que nunca salía de Nueva York. Ella empezó a ser reconocida y cotizada, mientras los mejores días de Stieglitz parecían haber quedado atrás. Así las cosas, ella viajó a Nuevo México para descansar y las cartas de amor y las tempestades arreciaron de ida y vuelta, mientras ét estrenaba amante (veinteañera, como era de esperar, no?)
Ahí O’Keeffe empezó a ver su vida con efecto espejo: ella ahora era la mujer abandonada que caía en una depresión y se internaba en un hospital psiquiátrico, aunque siguieron casados diez años más, hasta la muerte de él.
Y nosotros nos encontramos con que el relato de este amor, en 25000 cartas, es más importante que el amor mismo. Si quieren más historias de miércoles, aquí les comentaré una cada semanaq. Va saludito con corazones.
Fuente: http://smoda.elpais.com/
No hay comentarios:
Publicar un comentario
¡Gracias por sumarte conmigo a este coloquio de chicas poderosas! Valoro mucho tus comentarios.